jueves, 18 de noviembre de 2010

Córdoba y la miel


Singular combinación, ¿no? Pues es que este pasado fin de semana, los días 12 y 13 de noviembre, se celebró el VI Congreso Nacional de Apicultura. Y es especialmente importante porque su celebración se había interrumpido desde el año 1990. Así que hay que celebrarlo. Desde aquí queremos agradecer a los organizadores el esfuerzo realizado y animarles a que, tal como está previsto, esta cita se repita cada dos años a partir de ahora sin interrupción.

¿Y de qué trata un Congreso de Apicultura? Pues la verdad es que, aparte de un lugar perfecto de encuentro para la gente del sector, se tratan temas muy específicos, pero muy interesantes al mismo tiempo. Por mi parte he aprendido mucho sobre especies y subespecies de abejas (¿a que no sabíais que había diferentes “razas” de abejas productoras de miel?), cría de reinas (sí, sí, hay apicultores especializados en criar abejas reinas y vendérselas a otros apicultores), denominaciones de origen de las mieles de España y Portugal, tecnología aplicada a las abejas y otros temas más científicos que se escapan un poco a mi entendimiento.

Y, cómo no, he aprovechado para explicar una vez más el proyecto Bee Honey. Ya sabéis que, en cuanto tengo una oportunidad, voy y lo suelto. Es que me encanta explicarlo, y si es en una ponencia en público, mucho mejor. Cuanta más gente lo conozca más impacto vamos a lograr.

Además, no lo voy a negar, la parte lúdica en Córdoba también ha sido un punto a favor. Creo que de muy pequeño había estado en la mezquita, pero no recordaba para nada lo impresionante que es. Y no sólo la mezquita: el centro histórico de Córdoba es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y creo que merecidamente. Entre el barrio judío, el puente romano, las calles con flores en paredes y balcones y sus patios recogidos, Córdoba es una destino que realmente merece la pena.

Ah, y si os decidís, ¡no dejéis de probar las berenjenas fritas con miel!

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