La semana pasada tuve el placer de asistir al Salone del Gusto que se celebró en Turín. ¡Y qué placer! El Salone del Gusto es la muestra bianual de productos alimenticios que organiza el movimiento Slow Food.
Para los que no conozcáis el movimiento Slow Food, comentar que se trata de una iniciativa que arrancó ya en el año 1986 en Italia y que trata de promover una forma de vida más relajada, empezando por la mesa, en la que los platos y productos autóctonos tradicionales adquieren protagonismo. Es todo lo contrario de la filosofía que encierra el concepto Fast Food. El movimiento está muy extendido y cuenta con más de 100.000 asociados de más de 120 países. No tiene ánimo de lucro y se financia a partir de las cuotas de sus asociados. Se estructura a partir de pequeñas comunidades o convivia, de las que actualmente hay más de 1.300 por todo el mundo.
Una de las actividades que desarrolla Slow Food (pero es sólo una más de las múltiples que contempla) es la implantación de proyectos de salvaguardia de pequeñas producciones agrícolas tradicionales en países en vías de desarrollo. Esto lo realiza a través del establecimiento de lo que denomina un “Presidium” o Baluarte que consiste en un proyecto de asesoramiento y supervisión para la producción sostenible de un producto o conjunto de productos en una zona determinada. De esta manera, establece un sello que garantiza que el producto en cuestión cumple con los requisitos que establece la filosofía Slow Food. Estos proyectos se enmarcan dentro de las actividades de la Fundación Slow Food para la Biodiversidad. ¡Y ya hay dos presidia de producción de miel en Etiopía: Wukro White Honey y Wenchi Volcano Honey! Aunque de momento no contemplan la exportación como una vía comercial, puedo aseguraros que se trata de una miel fantástica y realmente diferente a la que estamos más habituados (tuve la suerte de poder probarla y adquirir algunos botes en el Salone del Gusto).
Otra de las iniciativas que más llaman la atención es la organización Terra Madre, que se autodefine como la red de las comunidades del alimento, y reúne a todos los que desean intervenir para preservar y promover métodos de producción alimentaria sostenibles, en armonía con la naturaleza, el paisaje, la tradición. Cada dos años se realiza un encuentro para reunir a esta comunidad en Turín, coincidiendo con el Salone del Gusto y, además, hay diversos encuentros regionales con regularidad.
En definitiva, es ¡pura filosofía Bee Honey! Si algún año tenéis oportunidad de acercaros a Turín durante la celebración del Salone del Gusto no dejéis de hacerlo. Es muy recomendable y os sorprenderá la cantidad de productores que se amoldan a esta filosofía. Los productos italianos son sin duda los que tienen un mayor protagonismo, organizados por regiones, pero los pabellones internacionales también tienen una presencia significativa.
Imprescindible para los grandes aficionados a la gastronomía.
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