miércoles, 21 de abril de 2010

Triple oro, tan simple y tan bueno



Desde que me compré la panificadora del Lidl (porque alguien me había aconsejado que no me gastara ni un duro de más en la panificadora, que lo importante no es la marca sino las proporciones) que no dejo de experimentar con los ingredientes y de probar a "hacer" (o dejar que la máquina haga) panes de todo tipo.


Ayer, sin ir más lejos, probé el "Pan de Kamut", receta de mi recién adquirido libro "El arte de hacer pan" (Cathy Ytak, RBA Ediciones), una provocación constante que me impulsa a buscar nuevos ingredientes y a descubrir las tiendas en donde los ofrecen. Resulta que el Kamut es la variedad de trigo que cultivaban en el antiguo Egipto, cereal de faraones, para entendernos. Si además es bio-eco-kamut (:)), resulta que el pan que tengo hoy para desayunar (lo que queda después de que mi querido compañero de fatigas, entiéndase mi marido, dejó de la cena después de repetir numerosas veces "este pan está de muerte") es como oro en paño.

Pero hay más. Porque hace años que aquí ya no tomamos "aceite de oliva", sino aceite virgen de primera prensa de oliva arbequina del pueblo de Arbeca...por ejemplo. Hace días que nos hemos dado cuenta de que el aceite también es oro líquido. ¡Y tenemos una fantástica producción de aceites que debemos conocer y disfrutar! Se reproducen las tiendas especializadas en aceites y la verdad es que es un lujo poder elegir entre tantas variedades...un pequeño capricho que al fin y al cabo solo puede repercutir positivamente en nuestra salud.

Y claro, ¿cómo voy a olvidarme de la miel? También manjar de Dioses, una vez más presente en esa fantástica dieta mediterránea que tanto nos recomiendan y de la que tanto presumimos...¡y que tan poco realizamos!

De la fusión de todas estas suculencias nace el "Triple oro" (by Mireia, mi primera creación culinaria), una simplísima receta apta para todos los públicos, que no engorda a la personas que tienen una vida dinámica, que da la energía justa para plantearse el día con optimismo y que se realiza en menos tiempo que cualquier otra receta que podáis haber visto jamás:

1. Se parte una rebanada de pan. Si se prefiere, se tuesta.
2. Se distribuye un poco de aceite de oliva en su superfície.
3. Se añade una cucharada de miel...que sea clarita, color paja por ejemplo.
4. Se degusta, se saborea, se disfruta y se comparte la receta con los amigos.

Et voilà! Un desayuno fantástico, acompañado de un cafetito o una infusión. No os quedéis pensando lo bueno que está, probadlo y decidme si tengo futuro en la alta cocina...

Nota: Os dejo la fotografía, para que no penséis que lo he "copiado de internet" y ni siquiera lo he probado ;)

¡Saludos!

2 comentarios:

  1. Lo he probado esta mañana con aceite normalito y miel de Tilo: genial!!! Sólo me falta hacerme el pan yo mismo. Si lo consigo ya lo comentaré.

    ResponderEliminar