martes, 6 de octubre de 2009

La cata

El pasado viernes, 2 de octubre, acudí a la cata de miel que organizaba Gastronomía Activa, en Barcelona. Tuve la oportunidad de conocer al autor del libro que os comenté en mi primer post, Antonio Gómez Pajuelo, un señor muy agradable, simpático y con mucha capacidad didáctica.

Tras unas interesantes reflexiones previas para tener una idea concreta sobre de dónde procede la miel, cómo se recolecta y qué hace que tenga un color, una textura y un sabor distintos, pasamos a la cata.

Estábamos en una sala amplia, con mucha luz, y nos sentamos alrededor de una mesa gigante. Además de la documentación, disponíamos de una bandeja con cinco cucharillas, un vaso y una botella de agua, papel y lápiz, trozos de pan en una cestita y, claro está, los botes de miel. Eran cinco botes: romero, azahar, tomillo, eucalipto y brezo.

Lo primero que llama la atención es la diferencia de color de las mieles. Los tonos iban desde el amarillo paja, muy claro, hasta un color marrón-rojizo bastante oscuro. Algunas mieles tienen tonos característicos que las identifican (como el color verdoso en la miel de eucaliptus) y otras varían notablemente de color a pesar de tener un mismo origen. Empezamos por la de romero, la más clara de todas.

El segundo paso, es oler la miel. Es importante destapar el bote justo debajo de la nariz y aspirar profundamente. Si vemos que el aroma "se escapa", podemos mezclar un poco la miel con una cucharilla para levantar de nuevo el olor. Aquí también sorprende mucho la diferencia que hay entre las distintas mieles, algunas tienen aromas muy fuertes (sobre todo si contienen sustancias muy volátiles) y otras tienen un olor mucho menos perceptible.

Luego se puede "jugar" con la miel y una cucharilla para verterla y apreciar así la viscosidad. La miel madura tiene una humedad que está alrededor del 17-18% y eso le da una viscosidad característica. Según la estación del año, la miel puede que tenga algo menos de humedad (por ser época muy calurosa) o que tenga más (si se recolecta en época de lluvias). Esa diferencia se aprecia muy bien observando cómo cae la miel.

Entonces pasamos ya a probarla. Cogemos una pequeña cucharada y la dejamos reposar sobre la lengua. Podemos percibir la textura de la miel y empezamos a notar sus sabores. Es importante tener identificadas las cuatro zonas de la lengua por las que "pasearemos" la miel: cada zona tiene unas papilas gustativas distintas que hacen que apreciemos el dulce, el ácido,el salado y el amargo. El dulce lo notamos en la parte anterior de la lengua. El ácido y el salado en las partes medias laterales. El amargo solo lo percibimos cuando tragamos (para nuestra desgracia, muchas veces...). Hay que dejar que la miel se vaya mezclando con la saliva y concentrarse en percibir los distintos gustos.

Cuando tragamos, además del amargo, notaremos los aromas que percibimos por vía retronasal. A veces son mucho más intensos que el olor que hemos percibido al oler inicialmente la miel.

¿Y el agua? ¿Y el pan? Para limpiarnos la boca, bebemos agua. Para limpiar la nariz, olemos el pan. Con estos dos métodos, alejamos las sensaciones de la primera miel y estamos dispuestos a catar una nueva muestra.

Si ya os he convencido para que tengáis dos mieles distintas en casa, podéis entonces tratar de hacer este proceso de cata para cada una de ellas. Yo nunca habia ido a la cata de nada, ni de vino, ni de ningún tipo de comida, y salí convencida de que había aprendido mucho. Os recomiendo esta actividad. Es una experiencia distinta y muy original. ¿O es que conocéis a alguien más que haya ido a una cata de miel?

Este es el enlace del lugar donde fui yo: http://www.gastronomiaactiva.com/

Lo encontré porque uno de vosotros me lo dio. ¡Muchas gracias!

5 comentarios:

  1. La verdad es que es increible que nunca nos hayamos parado a pensar en que parte percibimos los sabores. Hasta que alguien no nos dice donde localizar un sabor u otro, no nos paramos a pensarlo. Pero una vez descubres esto, parece que un mundo de experiencias se abren ante ti. Me apunto a posibles catas informales ;-)

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  2. Nosotros compramos la miel cerca de casa, en un colmado de una señora asturiana que la trae a granel desde su tierra en botes de cristal...
    Si os interesa probarla está en la calle Pujades 234, en Poblenou y el colmado se llama Navarro. Cada bote cuesta 5 euros y realmente está muy buena, yo tomo a diario. Además por ese precio, la Sra. Navarro te explica de dónde viene, cómo la hacen y sus propiedades.
    El colmado es el típico de barrio de toda la vida.
    Saludos y ánimo con el proyecto.
    Miquel Feliu

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  3. CATA CHELI es el primer trabajo de un grupo de rap español llamado La Excepción.

    Y una CATA en mi QUELI es lo que he hecho para contrastar las dos mieles que tengo, sobre lo que os recomiendo que el pan para 'limpiar la nariz' sea de miga firme.

    Saludos,

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  4. Muchas gracias Miquel.

    En cuanto tengamos oportunidad, nos acercaremos a conocer a la Sra. Navarro y su miel. Aunque nuestro proyecto se basa en la miel de Comercio Justo, nos interesa mucho conocer todas las mieles de casa.

    Gracias de nuevo y un abrazo.

    Bee Honey

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  5. Nos alegra que os animés a catar mieles. Aunque sea de dos en dos, la experiencia es muy interesante.

    Tomamos nota sobre el pan de miga firme (entiendo tipo tostadas, ¿no?)

    Saludos.

    Bee Honey

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